sábado, 2 de agosto de 2014

El plano ladeado.

—¿Qué quieres de mí?
—No lo sé.
—¿Por qué no dejas de llamarme?
—Tampoco tengo respuesta.

Ella colgó. Y justo después, encontré todas las respuestas:

Quería recorrer el mundo con ella. Perderme en el azul infinito de sus ojos, aunque fueran marrones o verdes. Quería saltar por la ventana, como hacía años había hecho. Cogerle de la mano, mirarla de frente. Grabarla en mi memoria, como una postal. Cuidarla cuando estuviese enferma, reír cuando nos diese la gana. Bailar como si supieramos. Emborracharla de amor. De mi amor.

Quería cruzar el océano con ella. A nado. 

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