domingo, 1 de marzo de 2009

Sensaciones...


Llevo 29 años en este planeta. Llevaré otros tantos recordando momentos, lugares, emociones, sensaciones...Me encuentro en un pequeño pueblo del Pirineo español, rodeado de montañas nevadas, en una pequeña buhardilla de madera que me permite crear quimeras y sueños. Siento paz y armonía, a pesar de tener el corazón revuelto, dando tumbos. Se me asemeja un poco a la película de Wall-e, cuando conoce a EVE, y el se dehace en detalles para ella, y ella tarda un poco más en darse cuenta de que realmente le necesita. Así está hoy mi corazón...


Supongo que la vida es como un juego, como dice mi gran amigo Jesús, desde esa lejana China. Tiene toda la razón. Y además, añade que los que nos atrevemos a jugar con ella estamos ganando de antemano, pues las sensaciones que obtendremos de ello no llegarán a sentirlas personas cuyas vidas están llenas de las más monótonas rutinas. Quizás hace tiempo, mucho tiempo, yo era así. Recuerdo que grababa cintas de casette de la radio, y luego las escuchaba para ver lo que había grabado, y etiquetar por fuera la carátula con todos y cada uno de los nombres de las canciones que esa cinta contenía. Era muy ordenado. Llegué a etiquetar unas 80 cintas...y luego...Luego me di cuenta de la importancia que ello tenía. No me importaba saber qué había fuera...tan sólo quería saber que había dentro. Un día, dejé de hacerlo, sin ningún motivo. Mi vida siguió igual que todos los días...


Pero esas pequeñas cosas que hacemos de vez en cuando, sin darnos cuenta, son las que nos marcan este viaje llamado vida. Nadie sabe lo que nos espera después, quizás otro viaje. Pero lo que podemos hacer mientras es disfrutar de este. Yo tardé tiempo en darme cuenta. Quizás no debería de poner esto, pero hace poco alguien hizo vibrar mi corazón como hacía tiempo que no vibraba. Sí, las sensaciones son así de brutas; llegan y no se pueden parar. Hay que vivirlas...y después de esa brutalidad de sesación, llega la pausa. El miedo. Miedo a no poder controlar todo eso. A cambiar tu vida. Tu vida. La suya. Si de algo me arrepiento es de las cosas que no hago. No llegué a irme nunca fuera de este país por si aparecía el amor de mi vida justo antes de irme. Qué tontería...


Parafraseando a personas que tengo mucho aprecio, podría decir que los peores antros, a las peores horas, están llenos de la mejor gente. Que todo es posible en esta vida, incluso enamorarse, y vivirlo. Sí...Vivirlo. Es tan difícil como escalar el K2, mi montaña soñada. Pero sé que se puede...y lo mejor de todo, lo bonito no es llegar a la cumbre. No, lo bonito es el camino recorrido hasta llegar allí...


En mis oídos resuena música que me transporta a aquellos paisajes del Tibet, del Karakorum...del Himalaya. Allí donde nunca estuve, donde siempre soñé ir...donde mi corazón es libre y vuela, puede sentir sin miedo a nada. Todo es puro...Siempre soñé con esa sensación, y por eso, cuando la noto aflorar de vez en cuando no me gusta pararla.


Si has llegado hasta aquí, gracias por hacerme un hueco en tu corazón...


En mi mente no deja de aparecer una frase una y otra vez...


"Yo te voy a querer siempre, y si se acaba la gasolina, me muero..."


3 comentarios:

Abigail LT dijo...

Me gusta, está lleno de positividad...

Besos.

Lara tiene alas dijo...

Sensaciones que te llevan por el mismo camino...buscar ese hueco que te haga completamnte feliz. Lo que no sabemos es que todo depende de tu bote de gasolina. Solo de eso.

Me encanta.

Muaks

Lara tiene alas

Abigail LT dijo...

de verdad Gato?


:_D

mua!