martes, 19 de enero de 2010

Al final...

Y te levantas un día, sin ninguna prisa, o quizás con alguna cita pendiente. Incluso te puedes levantar con prisas, si quieres. Eso ya es cosa tuya. Pero en cuanto sales a la calle, te vuelves a cruzar con ella. Mierda, otra vez que se me escapa. Te das la vuelta, pero ya es tarde, ya no puedes volver a cruzar tu mirada con la suya. Es como si cupido te haya dejado de disparar, o a ella.

Subes al autobús, ese momento que te traslada a paises de Nunca Jamás, a nubes de algodón, a Mundos donde tu mirada sí se cruza con ella. Nunca me gustó escuchar música en los autobuses, ni en el metro. Prefiero cantarla, y escucharla desde mi interior. Soy así de raro. Pero mientras tú sigues soñando en autobuses y metros con ella, la chica de tus sueños sigue un camino distinto al tuyo, a decenas de kilómetros, con un poco de suerte, o a miles de ellos, con algo menos de suerte. Siempre hay un poco de suerte que nos acompaña, tan sólo hay que saber buscarla y usarla bien.

Lo que tú no sabes es que ella se levantó esta mañana con prisa, porque se había quedado dormida, y pensó que no le iba a dar tiempo. Rápidamente se encerró en el baño, y se preparó para dar todo lo bueno que tiene dentro. Desayunó sin ver las noticias asesinas, sin prestar atención a qué tiempo haría ese día, pues esa mañana, de nuevo, ella tenía una ilusión que hacía que su cabeza y su corazón volasen juntos de la mano.

Esta mañana, ella salió de casa, y te vio salir de tu portal. Bajó la cabeza, pero volvió a mirarte, de lejos, y dio un primer paso. Luego otro, y otro, y otro. Cuando se cruzó contigo, por fin, se atrevió a mirarte a la cara, por primera vez, y tú, que siempre la miras, todos los días, esperando que tu mirada se cruce con la suya, hoy, agachaste la cabeza, porque sentiste que ella estaba más bella que nunca, que no ibas a estar a la altura. Ella pensó que estaba dejando escapar otra oportunidad de su vida cambiar. Tú te volviste, para mirarla de nuevo, pero ella estaba pensando qué hacer....

Justo cuando tú volviste a mirar hacia adelante, hacia tu autobús, ella giró su cabeza, sacando fuerzas de donde siempre creyó que no las había. Allí las encontró. Pero no se cruzó con tu mirada. Siguió su camino, hacia su trabajo...

Mañana será otro día, y puede ser que vuestras miradas se crucen. Tan sólo tienes que ser capaz de mantener al mirada, o incluso, hablar con ella...

Al final, tendrá que enamorarse de ti...


5 comentarios:

Alía Mateu dijo...

Me encanta la frase del final.. sí señor.

SuenaSerratenviniloamiderechaysemehaablandadoelcorazón.

Mariona dijo...

No hay nada peor que el miedo.


No temas, solo vive. Al fin y al cabo, el que se va a arrepentir de no haber vivido dentro de algún tiempo (largo o corto) eres tú.

Vivir duele a veces, pero enterrarse en vida es como un dolor de estómago permanente, no mata,pero atormenta.

besos.

delgaducho dijo...

Se capaz de mantenerle la mirada, de hablar con ella, porque mañana de nuevo te volvera a parecer tan bella como la vez que te lo parecio mas que nunca... y sentiras la tentación de volver a bajar la cabeza y eso es...eso se supone que es lo peor que hay en la vida no?
Salta al vacio...

Unknown dijo...

Grande Delgaducho, grande...

Unknown dijo...

Me pregunto si de camino a su trabajo ella escucha música o la canta...

Un besito.