lunes, 30 de agosto de 2010

You want a tackle in your life...

Lo diré sin rodeos: nunca me gustaron los Estados Unidos. Todo lo que veía de aquel país, y todo lo que escuchaba, me parecía algo que no debía de tener en cuenta. Siempre era negativo, e incluso en las películas americanas, todo aquello parecía un sin sentido, un país creado de una manera anárquica y sin una razón de ser. Durante todo ese tiempo, fui conociendo personas que, de una manera u otra, sentían una atracción por los Estados Unidos. No llegaba a entender el por qué. Era como si un gran escalador, por poner un ejemplo de algo que conozco, te dice que subas por donde el sube, que es fácil. Tú no te lo crees, porque él no te sabe decir cómo tienes que hacerlo, y sobre todo, cómo tienes que sentirlo...

Poco a poco fui descubriendo paisajes de aquel entorno, y me maravillaron. Fue la primera vez que le presté atención a EE.UU. Sus parques nacionales, sus edificios espectaculares, sus barrios tan impolutos. Pero siempre algo negativo ensuciaba aquella imagen. Violencia, racismo, brutalidad desmedida...adjetivos que calificaban aquel país de un sitio peligroso. Pero fui capaz de dejarlo a un lado, aunque cada vez que alguien me nombraba algo de aquel país, yo decía que tenían mucho que aprender de nosotros. Me equivocaba en cierto modo.

Hace unos años conocí a una gran persona. Una bellísima persona. Él juega al fútbol americano. Fui un poco desconfiado cuando él me hablaba de todo aquel juego que se había convertido en un cimiento más de la sociedad americana. Accedí a ver algún partido, e incluso, sin llegar a entenderlo, había algo que me llamaba la atención, pero no sabía diferenciar el qué era. Día tras día fui conociendo a mi amigo, y sabiendo cómo pensaba, y por qué creía tanto en Estados Unidos. "No todo es malo", me decía. La forma de vida americana tiene mucho que aportarnos, lo que pasa es que eso no se importa hasta España. Este año, él pudo viajar por fin a vivir su pequeño sueño americano. Yo estoy seguro de que volverá. Nunca se lo dije, pero viendo las fotos de aquello, y sobre todo, escuchando lo que contaba de su experiencia allí con la gente, empecé a ver la luz al final del túnel. Había cosas positivas. Había mucho respeto por las personas, mucha pasión por el deporte, y otra forma distinta de sentir la vida. El sueño americano. La libertad.

Hoy, después de unas semanas viendo películas en las que se vive ese sueño americano, aunque la realidad no sea exactamente así, he comprendido el por qué de muchas cosas. El por qué el sueño americano también estaba llamando a mi puerta. Hoy he podido comprender un poco más el fútbol americano, y la FRATERNIDAD que ello supone. Ojalá en España, país donde resido, se diera la mitad de toda esa buena fe de muchos americanos hacia sus vecinos. Sí, Estados Unidos es un país patas arriba, con la economía en el suelo, con muchos problemas sociales, y armas en las calles. Pero también está el país de la amabilidad, del amor hacia lo que tienen al lado, y de la libertad bien entendida.

Muchos amigos volaron para allá, y dijeron que era increible. Esta semana otros dos amigos volarán para allá, para Washington y para L.A. Espero que puedan sentir un poco de ese sueño americano...


1 comentario:

Alía Mateu dijo...

californiia dreaaaming