viernes, 2 de enero de 2009

Sentimiento enfrentados...





Me encuentro en Andorra, tierra de nieves. Estoy trabajando aquí. Empieza mi temporada de nuevo, como un huracán que no me deja ni observar que hemos cambiado de año. Estos viajes de día 1 de enero me trastocan, pero más porque me pierda el día 5 en mi querido Madrid, y esa reunión tan familiar el día 6. Estos días siempre me he sentido un niño, y estos dós últimos años, mi trabajo soñado me impide disfrutar de eso. Es el precio que tengo que pagar, supongo.




Viajar siempre me supone una alegría, un cambio de aires, una nueva experiencia, Pero también me supone echar de menos aquello que dejo allí, en donde se mueve mi vida normalmente. Es una sensación de que nada ni nadie me echará de menos. Sensación de soledad. La única que me acompaña en el viaje, como siempre. Y eso que sé que no es así. Pero a veces, la mente nos quiere jugar malas pasadas.




Este año me he traido a alguien más de viaje. Como el año pasado. Ella no sale de mi cabeza. Curiosa la manera que tiene el ser humano de atormentarse la vida. Mientras me deslizo por esas pistas blancas, disfrutando con ello, observo como parejas, familias, se divierten juntos. Mentiría si dijera que no los envidio. Añoro tener a alguien a mi lado para compartir estos momentos. Siempre suelen ser un amigo u otro los que me acompañan cuando dejo Madrid. Menos estos días, que son viajes de trabajo. Asi que Ella me acompaña, la calma que nos trae su tempestad, diría algún gran cantautor. Ella no está aquí, sino en mi mente.




Tengo 29 años, un hermano casado , una familia que me quiere, unos amigos fabulosos. Un montón de años disfrutados, vividos como nunca imaginé. Pero ahora mis planes van por otro lado. Mi cuerpo me pide tranquilidad, leña en la hoguera que caliente mis pies mientras veo una película en el sofa de casa. Retoques de soledad deseada. Y por supuesto, muchos momentos de roces, yemas que recorren el cuerpo de una mujer amada, de un proyecto en común que, al fin y al cabo, eso es lo que es la vida. Ella puede ser eso. Pero también puede no serlo.




Este simple principio de incertidumbre es el que recorre mi cabeza desde uno de sus lados hasta el otro, y vuelve a hacerlo, creando una incercia loca, sin parar, pensando una y otra vez en lo que puede ser que sea, o en lo que puede ser que no sea...




Vértigo, que el mundo pare....

2 comentarios:

Abigail LT dijo...

Feliz año desde Andalucía! yo este año me he quedado con ganas de besar la nieve!! es todo tan extraño...
pero presiento que el 2009 será un año mejor para todos en todos los sentídos...los impares son los mejores... :_D!!

te mando un beso cálido y cariñoso.

Tú si quieres puedes mandarme una bola de nieve!!!

quizás aun no sea tarde para buscarle... y para ver tocar la nieve...

:_)*

Lara tiene alas dijo...

"Vertigo, que el mundo pare,
que corto se me hace el viaje.
¿Me escucharás, me buscarás,
cuando me pierda
y no señale el norte
la estrella polar?"

Yo también vivo mi particular vértigo. Quizá ni la nieve ni las estrellas puedan calmarlo. Quizá el vértigo solo dependa del tiempo.

Un beso grande grande valiente!!

Lara tiene alas