domingo, 12 de julio de 2009

Cuando la luna cambie...

Me preparo para afrontar mi trigésimo cumpleaños. Llevaba tiempo dándole vueltas a la idea de cómo sería todo, eso de cambiar de número. Recordaba cómo a los 20 años me miré al espejo y me dije: Hoy todo cambia.

Este año el cambio era hacia el 3. De alguna manera es un número mágico. Es el número de la sustentación. El ser humano se sujeta por dos pies, sí. Pero lo que muchos no sabréis es que estamos basados en el principio de la sustentación de los 3 puntos, ya que el pie se apoya sobre el talón, la cabeza del primer metatarsiano (el dedo gordo) y la cabeza del quinto metatarsiano (el pequeñito). De la misma manera, una silla con 3 patas, o una mesa con las mismas patas, nunca cojeará, y se mantendrá siempre estable.

Así que supongo que de alguna manera, el número 3 de los 30 años, me da esa estabilidad, y esa sustentación a la vida. Pero ahí no termina todo...Decidí disfrutar mi cumpleaños en 3 días, y darle así un toque distinto a lo que siempre ha venido siendo.

Conseguí una cómplice en mi viaje, en mi escapada, en mi libertad hacia donde se encontraba el destino. Mi gran amiga Laura, compañera inseparable de tantas y tantas historias de días, de viajes, de broncas, y de confidencias. Lo mismo ella nunca leerá esto, pero desde aquí aprovecharé para agradecerle todo lo que me aguanta, y su amistad sin concesiones. Jul Jule.

Así que nos montamos en el coche, y recorrimos los 400 km. que separan mi querido Madrid de Valencia. Allí nos refugiamos en el apartamento de mis padres, y aprovechamos la noche para pasear por la playa, contemplar las estrellas y charlar sobre nuestras inquietudes, cosa que veníamos haciendo todo el viaje en el coche. A las doce de la noche, empezaron a llegarme mensajes con felicitaciones, y Laura me sorprendió con unos regalos. El cansancio estaba presente, y decidimos irnos a dormir, ya que por la mañana íbamos a ir a escalar a la Marxuquera, una zona cercana a Gandía muy bonita.

A la mañana siguiente, con una humedad increible, y un calor soportable, empezamos a escalar, primero una pared facilita, y después nos crecimos dándole pegues a un desplomado perfecto! Pero el tiempo nos pisaba los talones, y tuvimos que salir disparados desde allí a Valencia capital, donde, además de hacer una parada para hacer un robado fotográfico, teníamos mesa reservada en el Restaurante La Marcelina, a pie de la playa de La Malvarrosa. Los mensajes seguían llegando, y las llamadas de gente cercana también se producían. Sobre las 3 de la tarde, me sorprendió gratamente un sms...

Cuando terminamos, fuimos a la playa, y me di 3 baños. La verdad es que no estaba pensado, pero curiosamente fue así. Y entre muchas personas con la misma camiseta, escuché una voz que decía: Grupo 7 (aunque seguramente quiso decir 3). Gracias.

A las 6 de la tarde emprendimos el regreso a Madrid, tardando 3 horas. Jajajaja. Fiesta Ibicenca en casa, con los amigos más cercanos, con buena conversación y mejor ambiente. La noche terminaba a eso de las 6 de la mañana, aunque algunos siguieron...

Hoy era el tercer día de los 3. Barbacoa familiar en casa de mis padres, con mi hermano gemelo y sus amigos más cercanos. Más piscina, más regalos, y más comida...

Ahora toca sentarse y meditar, relajarse y seguir hacia adelante. El camino es el correcto, eso seguro, porque de cualquier manera siempre se endereza. Gracias a todos los que habéis compartido un momento estos días conmigo, y me habéis provocado una sonrisa. Y un latido en el corazón. Aún estamos vivos...a por otros 30!!

Lo mejor de todo, que te feliciten por video...dale la vuelta al 3...