lunes, 21 de septiembre de 2009

Todo llega para quien sabe esperar...


Pasan 15 minutos de las diez de la noche, cuando se produce el primer latido. Falsa alarma. Aún no sabes por qué, pero lo esperas, es lo habitual, que te sorprenda. Sigues cenando lo poco que te has podido cocinar, o simplemente calentar en el microondas. Estás sentado en el sillón, medio tumbado, con algo de frío. Ves la mantita justo delante de ti, pero no te quieres ni mover para cogerla. La pereza es un pecado cadipal, dicen. Diez y media, segundo latido. Puta falsa alarma. No esperas nada, pero cada vez que suena ese bip bip, sabes que es posible. La tele sigue acompañándote en esta noche de lunes, solitaria, casi fría. No quieres pensar en nada, pero no dejas de pensar. Te taladra la idea de "seguir viajando", cuando lo que tienes que tener en cuenta es "viajar". De repente la tele dice "toda la vida he buscado una mujer como tú". Un anuncio de perfume, como no. Nos siguen vendiendo que necesitamos cubrir determinadas necesidades que no son tales, que simplemente la evolución de esta sociedad ha hecho que sean necesidades, y nadie es capaz de darse cuenta de que no las necesitamos. Anuncian coches, perfumes, tarifas planas, videojuegos, más coches, más teléfonos móviles. Sucumbimos a todo lo que nos ponen delante. No somos más que una pequeña parte del mundo, y no nos damos cuenta. Nos lo cargamos y tan felices. Desidia, desidia, desidia.

Once menos cuarto de la noche. Tercer latido. Era imposible, de nuevo. Lo único que de verdad nos pertenecen son las ilusiones, y eso es lo que nos mueve...

Amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección.
(Antoine de Saint-Exupery)

2 comentarios:

Alía Mateu dijo...

Nos crean necesidades, y es normal, vivimos en la era de el jabón de marsella.
No son mas que entretenimientos, juegan a ponernos la zanahoria a un metro y mientras intentamos cogerla ya hemos muerto. Poca gente se da cuenta de el hilo del que cuelga tal zanahoria, y de la persona que sujeta el palo a nuestra espalda.

Tú te has dado cuenta, y es una suerte, yo todavía estoy enterandome. Hay cosas más importantes, como vivir.

Vértigo dijo...

Las ilusiones son lo que nos mueve y una de las pocas cosas que nos pertenecen.
Me gusta. No te acordarás pero me comentaste hace mucho tiempo y a mi se me pasó responder. Y aquí estoy hoy. Gracias atrasadísimas y un beso.